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5G y objetos conectados

Hace ya tiempo que oímos hablar del 5G, la quinta generación de redes móviles. Aunque las principales operadoras están utilizando el despliegue de esta tecnología como un argumento de venta para disponer de conexiones móviles más rápidas en nuestros dispositivos, lo cierto es que desde el punto de los usuarios será más una evolución que una revolución.

Donde sí se aprovecharán los avances y mejoras de la tecnología 5G es en el ámbito del Internet of Things (IoT) o de los objetos conectados, como consecuencia de todas sus aplicaciones innovadoras.

Del “todos” conectados al “todo” conectado

En la última década, y gracias a la conectividad de los smartphones, se ha disparado el número de usuarios conectados a Internet. Según cifras de Statista, solo en España se pasó de las 38 millones de líneas móviles en 2004 a más de 55 millones en 2019 (ya hay más líneas que personas).

Si a todo esto le añadimos el Internet of Things, hay que sumar más de 6,5 millones de objetos conectados en nuestro país en el mismo año (2019). Estas cifras, según un estudio de EAE Business School, hacen que el mercado del IoT en España esté creciendo a un ritmo del 18% anual.

A nivel mundial, y según previsiones de la consultora IDC, habrá en todo el mundo más de 55 billones de objetos conectados en 2025.

¿Y qué tiene que ver el 5G con el IoT? ¿Cuáles son las mejoras en relación con el actual 4G?

A continuación, exponemos las razones que convierten esta tecnología de redes en la infraestructura que soportará y hará crecer el Internet of Things.

Mayor velocidad de conexión: ¿inapreciable por los usuarios?

Obsesionados como estamos con ganar milésimas de segundo de velocidad, ésta es sin duda una de las características más ampliamente conocidas, aunque no es la más importante.

Si actualmente con el 4G se obtienen velocidades de transmisión medias de 1 Gbps (gigabites por segundo), el 5G va a multiplicarla por diez, y promete llegar a cifras entre 10 y 20 Gbps. Velocidades brutales que superan con creces la que nos ofrece actualmente la fibra óptica.

Reducción de la latencia: clave para el IoT

En el ámbito de las redes de telecomunicaciones, la latencia es la suma de los retardos en la transferencia de información en la red. Un concepto que define el tiempo que tarda en ejecutarse una acción desde que la lanzamos, y que se nota especialmente en términos de interactividad.

Según los operadores, con el 5G la latencia puede reducirse de los 20/30 milisegundos actuales del 4G a los 1,5 milisegundos. Una diferencia considerable que es vital en objetos conectados como los coches o en robots cirujanos, los cuales tienen que ser capaces de ofrecer respuestas de forma  instantánea y tomar decisiones de vida o muerte en un tiempo muy reducido.

A nivel de usuario, quienes más lo notarán serán los que juegan a videojuegos online: para ellos la latencia es clave para una correcta experiencia. En cambio, para los demás usuarios la mejora no será tan perceptible, aunque tendremos la sensación de que las respuestas llegan en tiempo real.

Alta densidad de dispositivos conectados

Más allá de la velocidad y la latencia, el 5G mejora otro aspecto clave para la Internet of Things: se multiplica exponencialmente el número de dispositivos que se pueden conectar a la vez, permitiendo las comunicaciones masivas máquina a maquina (M2M) a tiempo real.

Esto llevará a la consiguiente “hiperconectividad” de casi cualquier dispositivo electrónico que se nos ocurra: desde mobiliario urbano, electrodomésticos, a robots industriales, pasando por vehículos y todo tipo de sensores. La concentración de dispositivos conectados no será un problema con el 5G.

Menor consumo de energía: redes más sostenibles

Según mediciones de Ericsson y Telefónica realizadas en la provincia de Toledo, la tecnología 5G es hasta 10 veces más eficiente que el 4G.

En un mundo en el que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)  ya suponen un 4% del consumo energético global y el 1,4% de las emisiones de carbono a la atmósfera, la eficiencia del 5G es una buenísima noticia.

Además, y más allá del menor consumo de la tecnología en sí, la aplicación en ámbitos como la medicina o las reuniones de negocio supondrá un ahorro añadido en transportes no necesarios (que significan también menores emisiones).

Más calidad que cantidad

Aunque las cifras de velocidad, latencia o consumo del 5G son espectaculares, todas estas características pueden resumirse en una: tendremos redes con mayor calidad y mucho más estables.

Algunos ejemplos de usos presentes y futuros de los objetos conectados mediante 5G

Son múltiples los usos que el 5G ofrece para el futuro de los objetos conectados. Muchos de ellos están contemplados en este estudio de Ericsson.

Os ofrecemos algunos ejemplos:

Ciudades inteligentes (Smart cities)

Cada vez hay más objetos interconectados y se está generando un volumen de datos sin precedentes. Todo ello puede ser usado para mejorar la vida en las ciudades.

Más allá del ámbito doméstico, el Internet of Things permitirá una gestión inteligente y en tiempo real de servicios públicos en las ciudades, como la electricidad y el agua, así como la gestión de residuos, el tráfico o el transporte público.

Gracias al 5G, por ejemplo, será posible que nuestros vehículos “hablen” con otros coches (V2V), y que se comuniquen con señales y semáforos. Evidentemente, esto puede reducir drásticamente los accidentes, pero también la congestión, ya que se optimizarán las rutas de manera dinámica.

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Industria 4.0 (y también agricultura conectada)

Si Internet está impulsando la transformación digital de las empresas, el uso del 5G en la industria permitirá más competitividad y seguridad.

Algunos ejemplos de lo que será posible son el control remoto de maquinaria, la automatización de las fábricas o el control de la producción a tiempo real.

Pero no hay que pensar solo en fábricas: la mejora de la conectividad favorecerá industrias como la ganadería o la agricultura, que podrán por fin mejorar su conectividad y controlar y automatizar multitud de parámetros.

eSalud: operaciones a distancia

Más allá de las videoconferencias con nuestro médico, el 5G permitirá a los médicos operar a distancia, controlando sin apenas latencia a robots quirúrgicos muy precisos.

En este informe elaborado por Ericsson podéis consultar muchos otros usos del 5G y los objetos conectados en el sector de la salud.

Tecnologías inmersivas: la ubicuidad, por fin

La realidad virtual, la aumentada y la mixta buscan mejorar nuestras comunicaciones, haciéndolas más reales e inmersivas.

Las características del 5G también mejoraran este tipo de tecnología: podremos asistir a reuniones, eventos deportivos o espectáculos con una gran mejora en la sensación de ubicuidad: ahora sí, será “como si estuviéramos allí”.

¿Y los riesgos para la ciberseguridad?

Los beneficios de la tecnología 5G para el futuro de los objetos conectados y las telecomunicaciones son evidentes. Pero como pasa en todo avance tecnológico, siempre hay riesgos asociados, que hay que conocer para poder evitarlos.

Con un futuro en el que prácticamente todos y todo estará conectado a través de Internet, se espera un aumento de las ciberamenazas. Un hackeo a una red 5G al Internet of Things puede suponer como poco la paralización de empresas y ciudades enteras. Algunas de las amenazas son recogidas en este informe de la Unión Europea.

El auge de las casas conectadas (Smart homes) y los objetos conectados como televisores, frigoríficos o altavoces es uno de los retos para los expertos en ciberseguridad. Para abaratar sus costes, muchos de los fabricantes de dispositivos IoT los venden con carencias en seguridad importantes, y convierten estos dispositivos en puntos débiles. Algunos expertos abogan por aplicar un sistema de etiquetado de nivel de seguridad similar al etiquetado de eficiencia energética que permita a los consumidores saber el nivel de protección con el que cuenta el dispositivo que va a comprar.

Y ante la desconfianza que puedan generar los fabricantes de dispositivos o el mal uso de los usuarios, hay que trabajar a nivel de redes. Los expertos en ciberseguridad y los operadores de telecomunicaciones deben trabajar en la mejora del cifrado de las comunicaciones a través de 5G.

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