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El Buen Gobierno de la Información

Rafael Fernández Campos, Director de Gobierno de la Información y Reporting Regulatorio en Caixabank, Presidente del Club de CDOs de España y Latam y co-autor del libro El Valor del Dato (2020), reflexiona en este artículo sobre la generación de valor con datos.

Redacción NDS

En el año 2009 Netflix organizó el Netflix Prize, ofreciendo un premio de un millón de dólares al equipo que mejorara la predictibilidad de su recomendador de películas en un 10%. Tras analizar los resultados, hubo un equipo que resultó ganador y logró el premio. Sin embargo, Netflix admitiría más tarde que nunca pusieron en producción esos modelos. En sus propias palabras: “la mejora en la precisión no justificaba el esfuerzo de ingeniería necesario para pasarlos a un entorno productivo”. Sencillamente incurrieron en un error de un millón de dólares asumiendo que el único criterio relevante para ganar el premio era la bondad del modelo.

Esta anécdota nos conduce a una serie de reflexiones que, aun siendo obvias, en ocasiones olvidamos:

  • Un montón de datos de gran calidad no tiene ningún valor si no se usa
  • Un algoritmo prodigioso no tiene ningún valor si no se pone en producción
  • El conocimiento extraído de un análisis no tiene ningún valor si no se toman las decisiones adecuadas en consecuencia
  • Tomar una decisión correcta no genera valor si dicha decisión no se ejecuta
  • Nada de esto es posible sin la tecnología y el modelo de gobierno adecuados

La generación de valor con datos requiere de una estrategia de gestión del proceso completo, desde la captura (source to data) hasta la extracción de conocimiento (data to insights) y su posterior operativización (insights to action).

En resumen: capturo y transformo datos para usarlos con el objetivo de generar valor para mi organización. Ni los datos ni sus usos son un fin en sí mismos, puesto que, si no nos sirven para generar valor, ¿para qué los necesitamos?

Por ello cuando hablamos de gobierno del dato debemos entenderlo como el gobierno de un proceso que no acaba en el dato o en su uso, sino en el retorno generado. Sin embargo, cuando se habla de Gobierno del Dato, tradicionalmente el concepto se asocia con la “ordenación” de los datos y de los procesos e intervinientes asociados estrictamente a los mismos. Cierto es que en la mayoría de las organizaciones nació así. Sin embargo, la creciente digitalización y transformación de los modelos de negocio ha hecho virar los objetivos de la gobernanza desde una visión de control hacia una visión de negocio. A día de hoy, ya ni siquiera se trata de usar datos para ayudar al cumplimiento de nuestra estrategia, sino de tener una verdadera estrategia del dato focalizada en la generación de valor e incardinada en la estrategia global de la compañía. Si el objetivo de los datos es generar valor, ¿cómo disociar su gestión de los objetivos estratégicos?

Por ello propongo una nueva definición de Gobierno de la Información (no ya del dato) que podría ser así: Gobierno de la Información es el modo de organizar Personas y Tecnología alrededor del Proceso de Valor del Dato, con el objetivo de optimizar ese valor.

Esta definición conlleva una serie de características que debería, en consecuencia, cumplir el gobierno de la información:

Generación de valor

El objetivo de cualquier compañía es generar valor, pero ¿qué entendemos por valor? ¿Es lo mismo el concepto de valor para un hospital, para un ayuntamiento o para una compañía de seguros? Claramente no, pero todas esas declinaciones del valor son susceptibles de verse mejoradas con datos. Por ello el gobierno de la información debe poner su foco en el negocio, porque es la orientación al valor la que legitima las acciones de gobierno necesarias.

Seguridad, privacidad y ética

Estos tres principios son interdependientes entre sí. De nada sirve cuidar de la privacidad si la seguridad se ve comprometida. Del mismo modo, no hay mayor quiebra de la ética del dato que la conculcación de las reglas de privacidad. El respeto a estos tres principios debe regir todas las actuaciones en materia de gobernanza.

Transversalidad

El dato es un elemento consustancial a todas las áreas de una compañía, por lo que su gestión ha de ser necesariamente global, dando servicio a toda la organización, en función de las necesidades y capacidades de cada ámbito. En este sentido, los silos y las organizaciones muy jerarquizadas no son buenos compañeros de la transformación data-driven.

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Agilidad

Una de las palancas clave para generar valor con datos es el time-to-market de las soluciones analíticas. En la mayoría de las ocasiones, un caso de uso atrasado es más dañino que un caso de uso imperfecto, pero disponible a tiempo. Por este motivo debe primarse la velocidad sobre la perfección, especialmente en los entornos no regulados.

Gestión del cambio sostenible

La mayoría de los procesos de transformación fracasan debido al choque cultural. La complejidad que supone la adopción del cambio en la mayoría de los intervinientes en la cadena de valor del dato, ya venga motivada por el miedo o por la pereza, pone en peligro la sostenibilidad de cualquier estrategia de datos, ya que todas ellas pasan por un cambio profundo de los procesos organizativos. Las soluciones de generación de valor a corto plazo, no construidas con vocación escalable, no producen ventajas sostenibles a largo plazo, y sí alta frustración y pérdida paulatina de esponsorización.

Métricas

Una estrategia que carece de KPIs está condenada al fracaso, o lo que es peor, a la irrelevancia. De hecho, la creación de indicadores de medición o KPIs es un arte en el que no solo está en juego la medición retrospectiva de un objetivo, sino que su mera existencia y medición puede suponer la palanca de activación de determinadas capacidades organizativas que de otro modo no habrían sido movilizadas.

En una realidad cada vez más digitalizada, el dato se encuentra ubicado en el corazón de los modelos de negocio, por lo que pasa a convertirse en el gran activo de las compañías. Generar ventajas competitivas con datos será la fuente principal de generación de valor de las organizaciones de aquí al futuro, y a ello deberían dedicar sus esfuerzos todos los líderes que persigan desarrollar un buen gobierno de la información.

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