La tecnología se ha incorporado e integrado en un gran número de ámbitos y relaciones de nuestro día a día. Como todos, los más jóvenes también han sufrido esta revolución y, aunque para ellos sea algo prácticamente normalizado, es importante identificar hasta qué punto el uso de las TIC influye en sus vidas y decisiones. Rocío García de Leániz, responsable de la Escuela de Padres Empantallados, nos ayuda a descubrir cuáles son las mejores formas de educar a niños/as y adolescentes en el uso responsable y saludable de las tecnologías.

Cuéntanos qué es y qué objetivos tiene la plataforma Empantallados.com.

Empantallados.com es una plataforma gratuita para padres y madres que nace para acompañarles en la educación de sus hijos en el mundo digital. Sabemos que la tecnología influye en muchas facetas de nuestros hijos, por eso creemos que es importante empezar a educarles desde pequeños en un uso responsable y saludable de la tecnología, sin esperar a que sean mayores. Abordamos con información los cuatro ámbitos que afectan a las diferentes etapas educativas de la vida, como son personalidad, sociabilidad, seguridad y creatividad. También atendemos peticiones personalizadas, como las sesiones a colegios y empresas desde “Escuela de Padres”. Todo ello enfocado a dar soluciones prácticas a los problemas que surgen en el día a día en la educación de los hijos con las pantallas.

Decís que la sociedad actual está empantallada, ¿puedes aportarnos algunos datos para hacernos una idea de la magnitud del riesgo/problema que padece nuestra sociedad en cuanto al tiempo que pasamos frente a las pantallas?

Realizamos anualmente estudios sobre el diagnóstico del uso de las pantallas en la vida familiar en colaboración con GAD3. Con ellos, sacamos conclusiones para saber adecuar nuestros contenidos a los problemas “reales” de los padres. El último de ellos, la IV edición publicada a finales de 2021, Familias y adolescentes tras el confinamiento: retos educativos y oportunidadesindicó que el 84% de los adolescentes usan el móvil para evitar aburrirse, sobre todo cuando están solos en casa, 2 de cada 3 adolescentes (68%) utilizan el teléfono móvil más que antes del confinamiento. El 78% de los adolescentes reconocen que, aunque piensen distinto, hacen caso de los consejos de sus padres, entre otros datos.

Eres responsable de la Escuela de Padres de Empantallados, ¿qué consecuencias generales detectáis relativas al uso inadecuado de las pantallas entre los más pequeños?

Los padres nos hablan de los fuertes cambios de humor (irritabilidad), también de la dependencia emocional, del sedentarismo, la falta de sueño o el aislamiento social. Como todos estos síntomas se aprecian rápidamente, animamos a los padres a que no lo dejen pasar y su respuesta sea inmediata a través de una serie de trucos y técnicas de acompañamiento digital que les enseñamos. Pasar del “me preocupa” mi hijo al “me ocupo” de mi hijo es fundamental.

¿Qué tipos de herramientas y recursos utiliza empantallados.com para que su mensaje sea efectivo en la audiencia seleccionada?

Hemos trabajado una serie de recursos descargables para que los padres se apoyen en ellos a modo de “juego”, como el parking para móviles (para limitar el tiempo de uso en casa) o el contrato del primer móvil y el contrato para jugar a videojuegos. Si esos puntos no se cumplen, como en todo contrato, hay unas consecuencias. De esta manera el “castigo” no es una medida impuesta por los padres, sino el resultado de no haber cumplido los puntos consensuados entre ambas partes, educándoles así en la responsabilidad.

Habéis escrito también un libro, Empantallados: cómo educar con éxito a tus hijos en un mundo de pantallas, en el que los autores habláis de que no existe una edad concreta para introducir las pantallas y que más bien depende de la madurez del niño o niña, pero ¿a qué peligros nos podemos enfrentar si introducimos el uso de estos instrumentos demasiado temprano?

El libro «Empantallados» es el resultado de más de 5 años de experiencia escuchando a miles de padres y madres; trabajando con expertos de la salud, la educación y la tecnología; e investigando junto a GAD3, el impacto de las pantallas en la vida familiar. Esto nos ha ayudado a generar contenidos reales para retos educativos reales, por eso decimos que no existe una edad real concreta sino la madurez que presenta el niño cuando le damos su primer móvil. En el caso de las redes sociales, la sobreexposición temprana hace que se vuelvan muy vulnerables a cualquier crítica u opinión de los demás. Presentan una baja autoestima y una idealización de la vida de los demás. También depositan su confianza rápidamente en cualquier follower sin saber realmente quién puede estar detrás. Es aquí donde tenemos que saber orientarles en el uso responsable ya que “no todo vale por un like”.

¿Cómo se puede luchar contra aquello de “todos mis compañeros tienen móvil, pero yo no”?

Este es el primer argumento que nos van a decir nuestros hijos para convencernos de que necesitan el móvil. Ante ello, la pregunta que nos debemos hacer como padres es ¿está mi hijo preparado para ello? Somos conscientes de que cada hijo es único y que cada caso es diferente. Hay cuestiones que no dependen solo de la edad. Por ejemplo, ¿a qué edad es conveniente que tu hijo salga solo a la calle? Lo cierto es que depende de multitud de factores. Solo los padres y madres sabemos cuándo nuestro hijo está realmente preparado. Una pista para saber si nuestro hijo posee la madurez necesaria para tener su propio smartphone es si ordena su cuarto. La razón por la que se mantiene la habitación ordenada es porque cada cosa (la ropa en el armario, los libros en una estantería, sus cosas en los cajones) tiene una función y un lugar decidido por el niño o la niña. El orden guarda relación con un porqué y un para qué. Esta es la base necesaria para saber usar correctamente el móvil. Además, el orden refleja una cierta autonomía por parte de los niños.

Otro tema que se trata en Empantallados es el ciberbullying y cómo este es una de las principales preocupaciones entre padres y madres. En ocasiones se podría plantear, como opción para saber si nuestro hijo o hija sufre (o incluso realiza) ciberbullying, el requisarle el teléfono y analizar sus conversaciones. ¿Es una buena opción?

Ver también
Ver también
Ver también

Requisar el móvil puede ser una medida necesaria en el caso de que nuestro hijo esté siendo víctima de cualquier acoso digital, pero esto nos tendría que hacer pensar después por qué nuestro hijo no nos lo ha querido contar (falta de confianza, vergüenza, etc). Para no llegar a esta situación de “abuso”, los padres tenemos que tomar conciencia de educar en el “uso” de las redes sociales. Crear con ellos su primer perfil y configurárselo en modo privado podría ser el primer paso, pero la clave de todo reside en el acompañamiento: sacar temas de conversión sobre tecnología con ellos, preguntarles por sus gamers, youtubers o influencers favoritos, hablar de apps, etc. Se trata de ganarse su confianza demostrándoles nuestro interés en ese aspecto de su vida. De esta manera, percibirán que sus padres no “demonizan” la tecnología, sino que la integran como una faceta más. Si logramos que nuestros hijos nos hablen con naturalidad de ello, cuando surjan estos problemas, sabrán rápidamente a quien acudir.

Las pantallas generan un impacto en la vida familiar hasta tal punto que cuando en casa es tiempo de estar sin pantallas suele escucharse la expresión “me aburro”. ¿Qué podemos hacer ante esta situación?, ¿es una buena iniciativa presentarles a nuestros hijos las pantallas (móvil, videojuegos y redes sociales, entre otras) como un premio?

Aunque cueste creerlo, el ocio también se educa. Es un aspecto que pensamos que surge de la elección y diversión individual de nuestros hijos y no es así. Si nos proponemos salir con ellos todos los fines de semana una hora al parque, dar un paseo o hacer manualidades en casa, basta con ser constantes y no dejar de hacerlo. Poco a poco se convertirá en una verdadera rutina familiar y serán ellos mismos quienes la pidan.

No obstante, las TIC han venido para quedarse, ¿qué ha cambiado para siempre?, ¿pueden tener las TIC también un impacto positivo en el futuro de nuestros hijos?

La tecnología nos ofrece muchas posibilidades maravillosas y también algunos retos educativos. Ya lo vimos durante el confinamiento en el que, gracias a ellas, los alumnos pudieron seguir el curso escolar con las “teleclases”, muchos padres salvaron su actividad laboral “teletrabajando”, pudimos tener contacto con nuestros familiares con las “telellamadas” y hasta hicimos “teledeporte”. Esto nos hizo darnos cuenta hasta qué punto dependemos de ellas y valorar su verdadero potencial si las usamos con un fin (académico, social, mejora física, etc). La clave educativa está en valorar cuál es el fin que quiero que mis hijos alcancen con estas herramientas.

¿Qué consejos le daríais en términos generales a los padres y madres?

Existen tres grandes retos de la educación digital que tienen que ver con ‘educar en la triple A’: reforzar la Autoestima, que sepan aprender a quererse como son sin depender en exceso de valoraciones externas. De ahí la importancia de preguntarles en casa cómo se sienten y alabar sus puntos fuertes. El segundo es gestionar el Aburrimiento en la generación del todo ya, ofreciéndoles más planes en la naturaleza sin ningún dispositivo a su alcance. Y el tercero y último, ayudarles a entrenar la Atención; promoviendo actividades que requieran esfuerzo constante en el medio plazo, como son los juegos de memoria, manualidades etc.

Un proyecto de:

© 2022 CECA.
Todos los derechos reservados.

Ir arriba